martes, 7 de septiembre de 2010

RELATO: LO QUE A LOS HOMBRES LES GUSTA (1/3)

Tomo nota de cada una de mis citas. Lo hago por mejorar mi trabajo y para conocer mejor sexualmente a los hombres.

Satisfacer a un hombre no tiene un manual a seguir, hay mucha diversidad de caracteres y gustos, lo importante es adaptarse a cada uno de ellos y aprender a conocerlos. Puede parecer que tiro piedras sobre mi tejado contando secretos de alcoba pero creo que las mujeres que tienen pareja y saben como disfrutar del sexo no necesitan ningún consejo y las que no saben qué hacer…esas ya llegan tarde. Y si llegan a tiempo, un día u otro, su pareja buscará un amante, es inevitable. Ojo, esto también vale para el varón que no se fija en los gustos de su chica.

Cuando una puta de lujo como yo se enfrenta a un cliente, se puede esperar dos tipos de hombres diferentes, a grandes rasgos A unos les gusta manejar la situación y otros prefieren dejarse llevar. Dentro del primer grupo nos podemos encontrar con el machito que ve en la profesional a una mujer por la que ha pagado y sobre la que tiene derecho a todo. Estos individuos suelen extender su misoginia hasta pagando por el servicio. Simplemente, consideran a la mujer como un objeto sexual a su disposición. Y se les ve venir desde el principio. Su lenguaje pasa de lo cortés a lo soez mientras te van quitando prendas. Eso les pone cachondos, obviamente. Yo pongo los límites hasta lo que considero razonable, sabedora de que no dejo de ser una puta para ellos, pero procuro no restringir demasiado aquello que les excita. En definitiva, me da más asco el modo en que puedan tratar al resto de mujeres que conozcan que lo que hagan conmigo, que vivo de ello y con ellos sigo un guión predecible y, si me apuran, no me obligan a echar mano de recursos difíciles. Son hombres desagradables en el trato pero extremadamente simples en el sexo.

Dentro de esa clasificación de hombres que les gusta llevar la iniciativa están los que son dulces en el trato pero que no ven otra manera de satisfacerse que seguir los consejos de sus instintos más primitivos, que no son otros que disfrutar del cuerpo de una mujer y no de disfrutar de su propio cuerpo con una mujer, que es bien distinto y complementario. Estos, también son seres sexuales muy simples y fáciles de complacer.

El otro gran grupo, que suele ser mayoría, me ven como una amante en el sentido más antiguo y bonito de la palabra. Amante es la persona que no es tu pareja sentimental y que te aporta un goce sexual compartido. Son mis clientes preferidos y a los que dispenso un trato especial. En otro momento les hablaré del tema de los besos pero ya les adelanto que es lo que más condiciona mis relaciones. Los besos apasionados no se los doy a todos mis clientes, me parece lo más íntimo que puedo ofrecer y los doy si recibo placer con ello. A este tipo de hombres que se dejan llevar y que no tienen prisa por nada son los que más debo cuidar y a los que nunca les niego una próxima cita. Con los misóginos incorregibles no suelo repetir.

Me centraré en lo que les gusta a este último tipo de hombres, con los otros no hay mucho que decir ya que ellos “ya saben lo que les gusta”.

La felación es un arte que hay que cuidar y perfeccionar. Una buena mamada requiere experiencia y dedicación. Conviene, mientras se realiza, estar atenta a las reacciones que tiene el hombre ante cada una de nuestras acciones y movimientos. De la variedad de maniobras que usemos depende el éxito. Si el fin es la eyaculación, el trayecto es bien diferente a si se trata de una estimulación que nos lleve a otro juego sexual, aunque la técnica coincida casi plenamente. La felación la trataré en un capítulo aparte. Es extensa, ya les advierto.

Los masajes y las caricias son mi especialidad y de ello pueden dar fe mis clientes. No concibo una relación sexual satisfactoria sin estos preliminares. Hay que tomarse el tiempo necesario y precisa de un intercambio de pareceres. Muchas zonas del cuerpo son obviamente placenteras, otras no lo son a priori y, por tanto, hay que preguntar y corroborar que son efectivas. Lo que a algunos hombres puede volverles locos de placer para otros no sirve. Chupetear el exterior e interior de las orejas es una práctica que les gusta a la gran mayoría. Algunos hombres llegan a tal excitación que hay que parar para evitar la eyaculación. Con el ano y los pezones pasa algo parecido aunque a algunos les cueste asumirlo en un principio.

El sexo anal es otra de las fórmulas que tiene mucha aceptación entre los varones y suelen consultar la posibilidad previamente a la cita. Personalmente, es una decisión que tomo sobre la marcha y que hace aumentar la tarifa. En cualquier caso, es una opción que depende exclusivamente de mi disposición.

Hay otras prácticas que, por diferentes, merecen un análisis personalizado. Les aseguro que me han pedido cosas de lo más increíble, sobretodo en segundas citas…pero eso lo contaré en otro momento. Hoy he generalizado mucho. Otro día, les daré más detalles.

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